Una Dieta Mediterránea equilibrada y saludable con Cibusfarma
Los beneficios de la Dieta Mediterránea sobre la salud y su papel en la prevención de muchas enfermedades crónicas son hoy por hoy una evidencia científica. La pirámide que la representa incluye todos los grupos de alimentos. Que una dieta sea saludable o perjudicial depende de la proporción de cada uno de estos grupos y de la frecuencia de consumo. El patrón es una pauta para la alimentación de la población adulta sana y debe ser adaptado a las necesidades específicas de los niños, las mujeres embarazadas y otras condiciones de salud.
Los aceites comestibles tienen gran cantidad de vitamina E, de gran importancia antioxidante. Además, el aceite de oliva virgen es rico en compuestos fenólicos, lo que convierte a este aceite en un significativo proveedor de sustancias antioxidantes.
SABER MÁS: La fitoterapia, utiliza plantas medicinales para curar enfermedades de diferentes índoles.
Responde positivamente a los problemas más frecuentes que afectan a la población; estrés, alimentación desequilibrada, hábitos poco saludables,… que debemos controlar para poder mejorar nuestra calidad de vida.
La Dieta Mediterránea se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales, como pan, pasta, arroz, verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos; y el empleo de aceite de oliva como fuente principal de grasa.
Según un estudio realizado en España para PREDIMED (Prevención Dieta Mediterránea), personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular, que deciden seguir la “dieta mediterránea”, y si además agregan la ingesta de aceite extra virgen y/o frutos secos, reducen la incidencia de padecimientos en el futuro.
La Dieta Mediterránea demuestra que no es la cantidad de grasa que se utiliza si no en el tipo de ésta.
Lo recomendado es un porcentaje mayor de grasas monoinsaturada (aceite de oliva, canola, semillas, aguacates, aceitunas, linaza) y poliinsaturada (pescado, aceite de soya, girasol o maíz, mayonesas a base de estos aceites) y un consumo bajo de grasa saturada, asociadas a una menor frecuencia de enfermedades cardiovasculares.